Puente la Reina, 2 de octubre. Bodega de Sarría, perteneciente al Grupo Bornos Bodegas y Viñedos, celebra su 70 aniversario haciendo un recorrido por su historia y por sus vinos más representativos, objeto de numerosos premios a nivel nacional e internacional.
Ubicada en Puente La Reina, en pleno corazón del Camino de Santiago, en esta localidad surgen sus más preciadas creaciones. Unos vinos representativos de su tierra y de sus tradiciones, que en perfecta armonía con la visión más vanguardista de la vitivinicultura, conforman el presente de la amplia gama de vinos Señorío de Sarría: Chardonnay, Rosado, Rosé, Crianza, Reserva, Viñedo Cinco, Viñedo Uno y Reserva Especial.
“Ésta no es sólo la historia de una Bodega, es la historia de una familia ligada a una pasión: la tierra y el viñedo. A lo largo de los años hemos afrontado desafíos cada vez más importantes con el objetivo de mantener una bodega viva, en constante evolución, que mira al futuro, pero con profundas raíces en su pasado”, afirma Fernando Zaratiegui, director general del Grupo BORNOS Bodegas Viñedos al que pertenece Señorío de Sarría.
Un lugar único, enclave mágico del Camino de Santiago
Los orígenes de Bodega de Sarría se sitúan en la localidad de Puente La Reina, punto clave del Camino de Santiago, donde se encuentran las 1.300 hectáreas del Señorío de Sarría. Un lugar único que conserva la solemnidad y el brillo de otro tiempo y donde se elabora vino navarro desde hace siglos en las mejores parcelas seleccionadas de la propiedad.
Con unas raíces robustas y profundas, la historia del Señorío de Sarría y la de Navarra han estado íntimamente ligadas desde sus orígenes. Según crónicas de la época, en la Edad Media el Señor de Sarría acompañó al Rey Sancho El Fuerte en la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212.
Siglos más tarde, en el s. XVI, la historia del Señorío y de Navarra se entrelazan aún más, ya que el entonces Señor de Sarría (Juan de Azpilicueta), hermano de San Francisco Javier (patrón de Navarra), sufragó los estudios de este en París mediante las rentas obtenidas de la explotación ganadera y agrícola de esta finca. Todavía hoy se conserva el manuscrito en el que San Francisco Javier agradece a su hermano esta ayuda.
Y fue muchos años después, en 1953, cuando el reconocido empresario navarro Don Félix Huarte compró el Señorío, realizó las nuevas plantaciones de viñedo y construyó la Bodega, empezando a elaborar y comercializar vinos bajo la marca Señorío de Sarría.
Posteriormente, en 1981, la Bodega se desligó de la familia Huarte e inició una nueva etapa, que tuvo un importante reimpulso en el año 2001, comenzando un nuevo y ambicioso proyecto de renovación de instalaciones y viñedo, con el objeto de situarse a la vanguardia del mercado nacional e internacional. Historia que tiene un nuevo punto de inflexión en 2008 con la creación del Grupo BORNOS Bodegas & Viñedos.
Un viñedo con múltiples variedades
La Bodega cuenta con más de 100 hectáreas de viña de múltiples variedades que se extienden por las laderas y carasoles de Puente la Reina, Olite y Corella. Cada planta, cada viñedo y cada parcela, reciben un exquisito cuidado y un seguimiento particular para elaborar magníficos vinos de origen navarro. Cada variedad de uva ha sido seleccionada con esmero y se cultiva en el lugar más adecuado, teniendo en cuenta las condiciones de luz, humedad y temperatura que en cada caso requieren.
“Nos encontramos en una zona que ofrece unas condiciones inmejorables de clima y suelo, lo que nos permite la elaboración de una gama de vinos que representan toda la grandeza y distinción de los 70 años de historia de Señorío de Sarría”, explica Fernando Zaratiegui.
Edición especial “70 Aniversario”
Y con el objetivo de celebrar estos 70 años de historia (1953 – 2023), Señorío de Sarría ha lanzado una edición limitada “70 Aniversario” de su vinos más icónico, Señorío de Sarría Reserva Especial.
Coupage de Cabernet Sauvignon y Graciano, con una crianza de dos años en barrica nueva de roble francés y americano, Señorío de Sarría Reserva Especial 2017 es un vino color rojo picota intenso de capa alta. Aroma potente, con finos tostados, especias, vainilla, cacao y suaves torrefactos. Elegante y estructurado en boca, con notas de fruta madura, balsámicos y lácteos y final largo, redondo y equilibrado.
Un vino digno de una celebración con tanta historia.